¿Cuáles son las zonas erógenas de tu pareja?

31 enero 2012 | Por elidepaz

Para que nuestras relaciones de pareja y  sexuales funcionen es imprescindible conocerse en profundidad. No sólo uno mismo en cuanto a sus puntos placenteros sino también las zonas erógenas del otro.

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Para que nuestras relaciones de pareja y  sexuales funcionen es imprescindible conocerse en profundidad. No sólo uno mismo en cuanto a sus puntos placenteros sino también las zonas erógenas del otro.

Si nuestra intención es crear una relación de pareja sana y duradera,  lo mejor es hacer un esfuerzo por conocer los puntos más placenteros del otro y aceptar también los puntos que no nos gustan tanto. Es la mejor forma de que nos sintamos a gusto en pareja y queramos disfrutar con todo lo que hacemos juntos. A la hora de querer conocer las zonas erógenas del otro,  lo mejor es escoger un lugar tranquilo donde comenzar a explorar.

Empezaremos por los pies. Una zona donde es fácil conseguir que la otra persona se relaje después de un día de trabajo, si masajeas los pies con aceite o loción corporal. Empezaremos por las plantas para ir progresivamente frotando los dedos del pie con suavidad. Hay que tomarse el tiempo que queramos. Disfrutar con esta zona y escuchar los sonidos de tu pareja, para saber si disfruta o no con este masaje. Continúa frotando los tobillos y después detrás de las rodillas. Es conveniente ir realizando pequeños círculos con los dedos para incrementar el erotismo. También podrás utilizar los labios e ir besando con suavidad cada parte del cuerpo.

Una de las partes más eróticas de nuestra pareja son los muslos. Tómate tu tiempo en acariciarlos externamente y también internamente. Mordísquea, saborea y besa esta parte con lentitud. Pero,  aléjate de la vagina hasta que poco a poco, sin tocarla introduzcas tu lengua en los labios mayores, aumentando considerablemente la excitación de la chica. En el caso de los chicos, explora alrededor de su pene, pero sin tocar su miembro. El abdomen es también una zona erógena muy placentera. Besa la piel suavemente y pasa la lengua por el ombligo. Ve subiendo poco a poco hasta llegar al cuello. Una de las zonas más sensibles a los besos, mordiscos y lametazos. Experimenta diferentes presiones con la manos, suaves, fuertes, pellizcos y también con los besos y la lengua. Recorre sus orejas, tomándo el lóbulo con tu boca y deslizando la lengua en el interior. Estás son algunas de las zonas eróticas más utilizadas en los juegos sexuales. Pero también la espalda, las manos, las muñecas o la cabeza tienen sus puntos placenteros que tendrás que descubrir.

Fotos: Terra

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