

La promiscuidad ha estado presente en nuestras vidas desde tiempos muy remotos y, si no, que se lo pregunten a los antiguos romanos. Nombres como Calígula, Tiberio, Julia y Mesalina son algunos de los máximos representantes de este tipo de prácticas sexuales. Los baños fueron uno de los habitáculos preferidos en aquella época para dar rienda suelta a la lujuria contenida.
Impulso sexual y promiscuidad
La promiscuidad es una práctica que se identifica con ese impulso sexual que presentan determinadas personas. Esta acción instintiva que nos motiva a la conducta sexual está determinada por una serie de factores biológicos, psicológicos y sociales. Se podría decir que dicho impulso se empieza a gestar en nuestro cerebro por medio de estímulos que puede generar la propia persona, como una fantasía, o a nivel externo, como pueda ser el hecho de contemplar a otro sujeto atractivo de nuestro mismo sexo o diferente.


Desde el cerebro a partir de este impulso se empiezan a liberar una serie de sustancias químicas que desencadenan el deseo por mantener relaciones íntimas, hasta posteriormente materializarlo en lo que antes se ha denominado impulso sexual. Las hormonas generadas conforman la base esencial de esta conducta instintiva, de tal forma que la vasodilatación hacia la zona de las pelvis terminará provocando la erección en el hombre y la lubricación en el caso de la mujer. El sistema nervioso central (SNC), más concretamente el cerebro y el hipotálamo o el sistema endocrino con la formación de hormonas son algunos de los sistemas que juegan un papel esencial en todo este proceso.
¿Los hombres son más promiscuos?
Tal y como se expone en la infografía (ver última imagen) que os acercamos desde nuestro blog de Sexualidad, el impulso sexual está vinculado con los niveles de testosterona, los cuales estarán más presentes (entre 7 y 8 veces) en los hombres que en las mujeres.


A diferencia de lo que sucede con el resto de mamíferos que pueblan el planeta, los seres humanos podemos mostrarnos fieles o promiscuos tal y como determinan estudios científicos realizados al respecto. Aunque la cifra de promiscuidad puede variar según el sujeto al que hagamos referencia, lo cierto es que el porcentaje de promiscuidad es más alto entre los hombres que entre las mujeres. Todo ello por no hablar de que, al margen de las convenciones sociales, los hombres triunfan en la variedad reproductiva en comparación con las mujeres, más concretamente esto es lo que sucede en el 94, 4% de las sociedades analizadas.
¿Qué sabes sobre la promiscuidad sexual?
Como os mostramos en la infografía adjunta, el país con mayor nivel de promiscuidad es Finlandia, seguido por el Reino Unido. Aquí puedes ver más información:


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