Un primer contacto con el que tienes que lidiar constantemente. Ya que, estarás nerviosa, no sabrás qué hacer, cómo actuar, qué decir...por eso lo mejor es que respires y respires e intentes no fantasear ni imaginar demasiado.
Si, ante la primera cita, te encuentras muy nerviosa, lo mejor es no plantearse nada. Déjate llevar y disfruta todo lo que puedas, en la conversación, en las miradas y en el menú que hayáis escogido para ese día tan especial.
Lo primero que te preocupará será la ropa. Las chicas siempre nos ponemos muy nerviosas a la hora de escoger las prendas que mejor nos sientan. En este caso, para no sentirte insegura ni tener miedo escénico, lo mejor no es comprarte algo nuevo, ni dejarte tu tarjeta de crédito en tratamientos de belleza, sino en escoger una ropa cómoda con la que te sientas natural y tú misma. Sentirte disfrazada te producirá más inseguridad.
No te tortures pensando que no vas a estar a la altura. Tienes que saber que si él te ha invitado será por algo. Y si has sido tú quien se ha lanzado tienes que darlo todo y no recular y dar marcha atrás. La mejor aliada en la primera cita será tu naturalidad. No exageres, no te conviertas en lo mejor de ti, sé tu misma. Permanece segura de ti misma e intenta aprovechar ese momento al límite. Las primeras citas no tienen por qué ser lo mejor de lo mejor. Son un primer contacto, algo natural. Por eso, no caigas en el error de contarte toda tu vida y tus penas. Es un momento para los dos, no lo olvides.
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