

Hablar a los hijos de sexo es una tarea embarazosa, pero necesaria, además de muy importante, puesto que diversos estudios confirman que aquellos adolescentes que poseen más información toman mejores decisiones y no se sienten presionados para mantener relaciones sexuales. En este bolg de Salud os damos unos puntos a seguir a la hora de afrontar este tipo de conversaciones con los hijos.
Lo que NO se debe hacer:
- -Reñir a los niños por tocarse. Sobre todo en los primeros años, el niño está descubriendo su cuerpo y tiene deseos de tocarse y saber cómo es realmente su anatomía. Si se le riñe, verá la sexualidad como algo malo y se sentirá culpable.
- -Recurrir a mitos. Si se enseña al niño que los bebés los trae la cigüeña o que vienen de París, por ejemplo, se sentirá confundido cuando vea cómo a su mamá le crece la barriga. La verdad es siempre mucho más interesante y evita confusiones al niño, capaz de crear fantasías tremendas.
- -Creer que el niño ya lo sabe todo. Informar acerca de la sexualidad es responsabilidad de los padres y no de la televisión, los amigos o los profesores. No se deben temer las charlas con los hijos sobre sexo y, mucho menos, delegar responsabilidades en otros.
- -Evitar expresiones de cariño delante de los hijos. Las carantoñas y los besos son una manera de demostrarles el significado de una relación afectiva entre adultos, algo que les ayudará a mantener el equilibrio emocional.
- -No educar en la igualdad de sexos. Debemos aprender desde bien pequeños que no existen tareas propias de hombres o de mujeres, de manera que tampoco existen ventajas o desventajas de un sexo respecto al contrario.
- -Evitar hablar de sexo hasta la pubertad. Para la mayoría de los adolescentes, hablar por primera vez de sexo con los padres cuando llegan a la pubertad es demasiado tarde. A esa edad, muchos rechazan este tipo de conversaciones y sienten vergüenza de compartir sus secretos con los padres.
Lo que SÍ se debe hacer:
- -Dar respuestas "verdaderas". En este sentido, la contestación debe servir para la comprensión, puesto que el niño tiene periodos evolutivos y si se le dice algo que no entiende, deja de prestar atención. Además, es importante que la verdad no sea un tratado de anatomía, sino una sencilla explicación que aclare al niño las dudas que se le presenten.
- - Buscar un momento para hablar con los hijos de sexo. En la actualidad, la falta de comunicación entre unos y otros es patente. Amplias jornadas laborales y la irrupción del televisor en la vida cotidiana dejan poco espacio para la charla.
- -Ofrecer un continuo flujo de información. Se debe profundizar en las respuestas conforme al desarrollo del menor. La educación sexual es un periodo que abarca de la infancia a la adolescencia.
- - Dar confianza a los niños para que sigan preguntando. Si se reprocha a los pequeños que hagan preguntas indiscretas, es muy probable que no vuelvan a atreverse a interrogar a los padres.
- - Transmitir valores. Desde muy temprano, el niño debe entender que la sexualidad es también un conjunto de sentimientos y afectos, hacia uno mismo y hacia los demás. Los padres deben inculcarles valores positivos.
- - Reconocer que no se sabe todo. Cuando el niño sorprende con una pregunta cuya contestación es desconocida para los padres, estos deben admitirlo y buscar juntos la respuesta en un libro o en una persona del entorno.